Sabía que no debía hablarle, que no debía de tropezar 348 veces en la misma piedra y, sobre todo, sabía que no serviría de nada. La teoría Paula se la sabía al pie de la letra y, sin embargo, estaba deseando hacerlo. Casi tres meses hacía que no le veía, casi tres meses que hacíaSigue leyendo «La despedida de Paula»
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Seguiremos con la lucha que empezaron otras
“Si te tira del pelo o te hace de rabiar es que le gustas” “¿Dónde vas con esa ropa? Parece que vas provocando” “ Tía qué borde, sólo quería quedar, como estabas soltera…” “¿Por qué sales a la calle, por qué te manifiestas? Al hacerlo, tú misma estás diciendo que eres diferente. Si quisieses igualdadSigue leyendo «Seguiremos con la lucha que empezaron otras»
La carta que nunca deberías leer
Y digo yo, ¿por qué me sigue haciendo daño? ¿Por qué sigo cada día con esa esperanza de que algún día dejes a un lado esa cobardía y te atrevas a volver? Ni yo me entiendo. No tiene ninguna explicación lógica que siga esperándote, y aún así, aquí estoy, con la puerta demasiado abierta, conSigue leyendo «La carta que nunca deberías leer»
Hoy duele, pero toda herida se cura
Hoy Paula cierra una etapa más en su vida. Gerard se ha ido, para no volver. Palabras que retumban en su cabeza a cada segundo que pasa. Y, aunque sabe que de este golpe saldrá, que no es otra cosa que una piedra más en su largo camino, y que lo importante ya lo tieneSigue leyendo «Hoy duele, pero toda herida se cura»
Te miro y tiemblo
“Te miro y tiemblo”. Paula estaba escuchando esa canción y se quedó clavada pensando en aquella frase. Sí, era justo lo que le pasaba, era mirarle a los ojos y transformarse en un flan. Así era Paula, ya la conocemos, una chica de impulsos, que si sentía algo, bueno o malo, le gustaba hacerlo intensamente.Sigue leyendo «Te miro y tiemblo»
Buenos días
Abrió medio ojo. Allí seguía esa rodilla hincándose en su pierna y había vuelto a destaparla. No le importó, aquello era felicidad, no podía ser otra cosa. Notó cómo le acariciaba la cara con cariño. Quería despertarla y ella le siguió el juego haciéndose la dormida. Sabía cómo empezaría aquella mañana y estaba encantada. SiguióSigue leyendo «Buenos días»
Lo que necesitaba
Aquella chica que pedía a gritos mudos un hombro en el que apoyarse para no resbalar, en el que ver que no todo estaba tan mal, y que era sólo que su cabeza necesitaba descansar, un hombro para saber que podía contar con alguien, alguien que no la juzgase, que la entendiese y que laSigue leyendo «Lo que necesitaba»
De ti aprendí
De ti aprendí a saber valorarme, a creer que si quiero algo, sólo está en mí poder conseguirlo. De ti aprendí a mirarme al espejo y ver a la chica más guapa de la ciudad, porque, ya te encargabas de decirme a mí y a los demás que no había niña más guapa, inteligente ySigue leyendo «De ti aprendí»
Cabecita loca
Paz. Eso era lo que transmitía Gerard. Pasar tiempo con él era estar ese rato tranquilo, ignorando todos los problemas de fuera, te contagiaba de esa paz. No era una persona que le gustase discutir,huía de eso, le gustaba más hablar y, si no servía de nada, tomaba decisiones en silencio. Sí, decir que GerardSigue leyendo «Cabecita loca»
Aquel día
Viva, Paula se sentía viva. El mundo entero se desmoronaba, todo su alrededor se iba haciendo añicos a cada paso que daba y, cuando encontraba una solución para algo, se despedazaba otro pilar de su realidad. Pero le daba igual. Se sentía feliz, alegre, y nada podía ocurrir para que no le sacase una sonrisaSigue leyendo «Aquel día»